Nuevas Vistas...

Estoy de exámenes, concentrada, ese pensamiento obtuso que tenía de Pablo se fue. Ya no somos pareja, no viviremos juntos, no vendrá de Valencia a Madrid, no sé si somos ni siquiera amigos. D repente hago como si no existiera, voy a mi rollo, a mis cosas.

Creo que así dure dos días, no puedo evitar hablar con él y día a día voy hablando más y más. Las conversaciones se alargan, las llamadas de teléfono se multiplican y pronto volverá a venir a verme a Madrid.

No puedo evitar ser como mínimo su amiga, en estos días me he dado cuenta de que lo que sentía no era real, de que empecé una relación fantasma que no sentía simplemente porque estaba sola y necesitaba cariño. Pero también me he dado cuenta de que Pablo me atrae, de que le tengo muchísimo cariño, de que le necesito, que me gusta estar con él... y una lista interminable de puntos en el que no cabe el punto llamado AMOR.

Elena me propuso irme a vivir con ella a Madrid capital, ella terminaba su carrera e iba a empezar sus prácticas en un hospital de Madrid. Yo por otro lado ya le había dicho al dueño de mi piso que lo dejaba, además estaba cansada de Alcalá. Necesitaba cambiar de aires.

Cambié de piso después de exámenes, me gustaba la zona de mi nueva casa, pero duro poco. Estaba más lejos de lo que yo pensaba, un poco aislado de transportes, zonas comerciales y lejos de Esther que era la amiga con la que salía a distraerme los sábados por la noche.
Por otro lado, vivía con mi amiga Elena y gozaba de muy grata compañía y cariño, pero demasiado estaba demasiado solitaria los fin de semana.

...UN GRAN REGALO ERAN LAS VISTAS QUE TENÍA...