7 de febrero de 2010

Mi constante AGUJERO...

Desde que Pablo se fue... todo ha sido más triste, todo estaba más vacío, en conclusión: todo ha sido peor. Pero las nuevas tecnologías nos ayudan y nos pasamos las horas muertas hablando por videollamada.

A veces siento que dentro de mi están empezando a volar mariposillas!!! y es que Pablo me hace sentir muy bien y llena cada hueco de mi vida. Solo él, de toda la gente que me rodea que es poca, ha sabido sacarme de ese agujero negro en el que me hundía cada vez más y del que no hubiera salido si no fuera por él. No le gusta que le agradezca nada, pero aunque no te lo diga:

TE LO AGRADEZCO CADA MAÑANA QUE ME DESPIERTO Y PIENSO EN TI.

Por lo menos mi vida empezaba a volver a su sitio, aunque todavía me faltaban dos amigas muy importantes con las que también rompí relaciones por aquel chico (por llamarle de alguna manera y evitar insultos) que destrozo entera mi vida y mi ser.

La intención de mi padre era la de tener una relación de familia, cosa que yo también quería. Pero sabía que mi madre lo iba a poner difícil y yo tendría que aguantar demasiado, pero tenía que pagar ese precio. Mi padre se lo merecía. Antes de noche Buena quede con mis padres y hermanos a cenar, excepto a mi padre, no veía a ninguno desde hacia seis meses y fue muy duro. Fue duro ver que tu madre te saluda con dos besos como si fueras una desconocía, como si fuera una más en la cena, como si no fuera su hija. Esto me hizo sentir muy mal y volver a caer en mi agujero del que tardé en salir dos días. Dos días ahogada entre mis sábanas, viendo la imagen de mi madre insensible a mi mirada e insensible a sus sentimientos.


Pero, el pobre Pablo me saco otra vez. Pobre, siempre le toca lo peor, por esto y muchas cosas más, me he dado cuenta de que le QUIERO MUCHÍSIMO, no solo ya como un chico con el que tienes una relación (del tipo que sea) sino ya como persona que es.

Lo único que me animaba a las puertas de la Navidad, era que Pablo las pasaría conmigo y que faltaban apenas un par de días para su llegada. A pesar de mi fustración, veía en él una vía de escape que no dejaba que cayera de nuevo en mi agujero...

... un AGUJERO que cada día se iba haciendo MENOS PROFUNDO y todo GRACIAS a PABLO...