Llevábamos más de tres semanas intentando quedar todas las chicas, que ninguna trabajara, y por fin este fin de semana lo conseguimos. Como siempre estábamos indecisas con el plan y se nos ocurrió salir por Madrid. Al tomar esa decisión ya me olia yo algo... y es que siempre que vamos a Madrid siento que no merece la pena y eso que a mi Madrid como ciudad me gusta mucho.
Pues nos plantamos en plena Gran Vía y ya empezó el caos... ¿Dónde te metes el coche cuando vas a Madrid?... es una complicada ecuación que no creo que se pueda despejar nunca...total que después de una hora buscando sitio, cambiamos de planes y nos fuimos a la zona de Goya que la conocía una de mis amigas.
Por fin llegamos a cenar a un sitio, nos apetecía un Italiano. Nos sentamos en la mesa, abro la carta... y cual es mi sorpresa que no se como se utiliza esa carta... por favor, ¡¡¡un manual de instrucciones!!!! En ese momento me sentí más de pueblo que las amapolas :S Para poder pedir un simple plato de pasta, tenía que elegir entre mil salsas, y ésta emparejarla con uno de los tantos tipos de pasta:
- pastas largas: spaghetti, tagliatelle, vermicelli, pappardelle, fettuccine, linguine, capellini, ziti, bucatini...
- pastas cortas: maccheroni, rigatoni, tortiglioni, penne, gnocchi, fusilli, rotini, farfalle, coditos, ditalini...
- pastas rellenas: ravioli, tortellini, tortelloni, panzarotti, cappelletti, agnolotti..
Una autentica aventura para una princesa de pueblo... jejeje
Tras la cena, nos retocamos y me enfunde mis tacones. Porque... ¿qué es una noche sin tacones?
No conocíamos el sitio donde íbamos pero confiamos en una amiga que ya había ido otra vez, no era una discoteca grande como la que esperábamos, pero bueno nos conformamos...
No os podéis imaginar la cara que pusimos cuando al entrar empezamos a ver a toda esa gente con esa música de fondo... era como si entráramos en otro mundo... no sabría definirlo... sonaba música.... es que ni conozco a los cantantes, era música de... boda. No tengo nada en contra de esa música, pero me gusta escuchar música reciente, música que todos escuchamos a diario en una cadena de radio más o menos actual... no a los Pecos... eso era imbailable.
Encima nos sentíamos hasta raras, la gente llevaba un estilo peculiar, eran como pijos de esos que tienen dinero, pero que van mal vestidos y mal peinados...en serio... a esa zona ¿no ha llegado la plancha del pelo? ¿ni los colores vivos y oscuros? Iban todos, chicas y chicos, despeinados y vestidos en tonos tierra, sin una gota de rimel y ya ni que decir de tacones...
Ahora me planteo... si la gente que siempre veo en Madrid es de otro mundo... si las tiendas tienen ropa distinta a la de los otros núcleos de la periferia... porque no lo entiendo... o es que siempre voy a sitios equivocados.
Total... que a las cuatro de la madrugada nos volvimos a nuestra zona a poder salvar algo de la noche y me di cuenta de que ahí si que estaba agusto, que mi mundo no es la capital, que soy feliz viviendo en mitad de la nada y que no necesito kilómetros y kilómetros de ciudad.
Conclusión: si volveré a salir por Madrid, pero no salgo de mi casa si mi nombre no esta en una lista de una discoteca grande, a la que merezca la pena ir, he dicho!!